QUE HAYA MUCHOS NIÑOS EN LAS BODAS

Me llama mucho la atención que, cada vez, más parejas que me quieren para ser su fotógrafo, ya tienen hijos.

Totalmente cierto es,  que el patrón de edad de las bodas en España está cambiando mucho. En los años 70 mis padres se casaron con 22 y 26 respectivamente. Pero ahora estamos en unos rangos de edad de entre 32 y 36 e incluso más edad.

Es cierto, que en aquella época nuestros padres se casaban para poder vivir juntos y eso, hoy en día, ya no es necesario. Es cierto que hoy, y sobre todo en las grandes ciudades, el ritmo de vida es tan rápida que consumimos los años, se tienen hijos y de repente te das cuenta de que no te has casado todavía…

Pero yo lo pienso…que guay que mis hijos estén en mi boda. Qué mejor forma de refrendar una relación que ya lleva años asentada que con una boda, para decirle a todo el mundo…Pues sí, íbamos en serio, ya tenemos nuestros nenes y ahora nos casamos y queremos que además, estos pequeños bichejos sean una parte protagonista en la boda.

Y es que, así empezó todo cuando llegué a casa de Natalia y Gustavo. Me gusta contar siempre esta historia.

En vez de encontrar a una pareja pensando en el día de su boda me encontré con una familia con la realidad del día a día que es la atención y cuidado de sus hijos.

 

 

 

 

 

 

Me vi un poco despistado. No estaba pudiendo realizar una entrevista como es habitual. Pero claro, a mí también se me desviaba la atención para jugar y tontear con los niños.

Todavía no os he contado que esta boda fue en los Claustros de Ayllón, sitio imponente donde los haya. Le di mucha importancia a los preparativos de la boda ya que lo hacían todo ellos.

Había un concierto que daba el Gus con su grupo de amigos. Le cantó una canción con su niña a Natalia. Y me dio otra vez envidia. Porque en su día tuve que dejar mi banda de rock que he tenido durante 15 años…

Pero lo que más gracia me hizo fue que los invitados hicieron una porra para ver el número de fotos que había tomado.

Y es que molan las bodas con hijos…esa incertidumbre de saber si tu niño se comportará. Estar pensando si traerá los anillos o irá tirando los pétalos mientras te abre paso hacia el altar. Esos bailes que se pueden marcar cuando tú estás haciendo tu baile nupcial volviéndose los protagonistas son totalmente la sal de la vida.

Hacen que la boda se torne impredecible porque hay juego. Y si hay juego hay risas y si hay risas todos se divierten. Y si todos se divierten entonces el sabor que te queda para toda la vida es que tu boda fue la bomba.

¡¡¡PON NIÑOS EN TU BODA!!!

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